Recuerdos del Porvenir

El origen y buenaventura de la Asociación de Médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, ha sido expresado con sensibilidad y esmero en espacios previos ad hoc sobre el tema. Quienes así lo han comunicado lo han hecho con profundo conocimiento de este grupo humano que ha abrevado y participado durante varias décadas de este remanso de amistad, ciencia, compañerismo, fundado por el propio Dr. Salvador Zubirán Anchondo hace ya casi 65 años. Hace muchos ayeres, durante el internado universitario de pregrado (1972), enterarnos que se aproximaba la reunión de la AMINNSZ y percatarnos del entusiasmo que generaba en los mayores, ya especialistas egresados y residentes en formación, convertía el momento en una invitación formidable a querer ser partícipes de la misma. Un año después tuvimos oportunidad de presentar los trabajos realizados durante el servicio social en investigación, ocasión afortunada y enriquecedora por los comentarios y preguntas de varios miembros de la Asociación presentes en la reunión de aquel entonces. Estos aportes científicos por parte de los autores de trabajos y la afortunada retroalimentación recibida han sido una constante en crecimiento de estas reuniones, cualquiera que hubiera sido la localización geográfica donde se llevaran a cabo. Las nuevas generaciones de médicos residentes, en muy diversas especialidades, muestran siempre un genuino entusiasmo por compartir esmeradamente los variados tópicos que constituyen sus temas de estudio. Así, la historia se repite, con cambios positivos, en cada una de las reuniones de la AMINCMNSZ. Las cuestiones de esta naturaleza –AMINCMNSZ– que han perdurado durante tantas décadas, han sido el resultado de una labor esmerada y de entrega. En su y desarrollo y crecimiento han estado siempre presentes múltiples actores con ideas innovadoras, constancia y perseverancia. Valga la ocasión para hacer un honroso reconocimiento a todos aquellos que han conformado las mesas directivas a lo largo de los años, quienes han dedicado muchas horas de sus vidas a elaborar programas académicos de excelente factura, a la creatividad de otros tantos, a la aportación de ideas fructíferas para hacer posible que cada año vivamos una nueva experiencia de festejo a la ciencia, a la amistad, y a los lazos que nos unen por generaciones. Gracias infinitas por siempre a nuestra Alma Mater.

Josefina Alberú Gómez

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